El pasado viernes 11 de diciembre, la cámara de diputados en Argentina votó a favor de la ley de Interrupción Legal del Embarazo (ILE)[1]. Tras un largo debate el proyecto obtuvo una votación de 131 afirmativas, 117 negativas y 6 abstenciones.
Argentina ya cuenta con una ley de aborto bajo las tres causales hace 100 años y esta ampliación del derecho a decidir viene apoyada desde la campaña presidencial de Alberto Fernández, quién presentó el proyecto en noviembre de este año.
Durante la discusión pública, el Presidente reconoció que el aborto es un problema de salud pública muy grave. De acuerdo con un estudio del Human Rights Watch[2], en el país se realizan entre 371.965 y 522.000 abortos y 39.000 personas gestantes son hospitalizadas por complicaciones derivadas.
El eje de la ILE es tener un estado presente para aquellas personas que deciden gestar y para las que no. Ya que ha sido acompañada del Plan Mil Días[3], que intenta asistir y cuidar integralmente la salud durante el embarazo y la primera infancia.
Por ejemplo, la Trombofilia (formación de coágulos en el flujo sanguíneo, a nivel placentario provoca la muerte del feto)[4] está incluida en este plan, ya que actualmente sólo después de tres abortos espontáneos los médicos dan órdenes para realizar los exámenes pertinentes para el diagnóstico de esta enfermedad y estos pueden llegar a ser bastante costosos para algunas familias.
Es importante detectar esta enfermedad a tiempo, puesto que, si se hicieran exámenes desde el primer aborto, y se le diera tratamiento a la persona, ésta tendría hasta un 90% de posibilidades de que su bebé nazca. Entonces el control y el tratamiento de la misma en personas con capacidad de gestar en edad fértil está considerado, pues se necesita también acompañar a esas personas que han decidido gestar.
Punto clave en el proyecto argentino: la maternidad deseada
Otra lectura relevante es la educación sexual integral, que también está incluida en este proyecto de ley. Por lo tanto, se enseñará que el aborto es un derecho de las mujeres y personas gestantes, potenciando así la perspectiva de género y la autonomía. Considera también, la capacitación de los profesionales de la educación y la salud en temas de diversidad sexual y sobre la interrupción voluntaria del embarazo.
Lo que viene ahora es la votación de los senadores entre el 29-30 de este mes. Si esta fecha no se cumple, serán luego de las vacaciones en febrero. Desde las calles, la marea verde mira con mucha fe esas fechas y se mantienen expectantes, ya que la cámara de diputados ha sido históricamente más tradicional y religiosa.
Considerando que es el Estado el que garantiza la protección a las personas, independientemente si se decide continuar o no con un embarazo, este proyecto argentino pone en la mira al resto de los sistemas de salud en la región latinoamericana. Teniendo en cuenta que América Latina tiene las leyes de aborto más restrictivas del mundo, son las mujeres argentinas pioneras en temas de autonomía.
[1] http://www.abortolegal.com.ar/proyecto-de-ley-presentado-por-la-campana/
[2] Edith Pantelides y Silvia Mario, “Estimación de la magnitud del aborto inducido”, Notas de Población, 87 (2009): 112, http://www.psi.uba.ar/academica/carrerasdegrado/psicologia/sitios_catedras/practicas_profesionales/825_rol_psicologo/material/descargas/unidad_4/obligatoria/pantelides.pdf.
[3]https://www.cronista.com/economiapolitica/Se-aprobo-en-Diputados-el-Plan-de-los-1000-dias-en-que-consiste--20201211-0005.html
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